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Paisajes sonoros Oroz-Betelu

Tenemos la suerte de poder escuchar a Jesús, que nos habla de un antiguo oficio muy duro: el barranqueador. Poneros en situación, nos habla de un trabajo que se realizaba en invierno y en el agua.

Según la antigüedad, cuatro eran los elementos materiales: fuego, agua, aire y tierra.

En nuestros valles, en nuestros pueblos todavía estos elementos tienen una gran importancia en el día a día: el aire que hace susurrar las hojas entre nuestros bosques, la tierra que nos proporciona alimentos, el agua que riega nuestros campos y el fuego para encender nuestros hogares.

Uno de estos elementos es de los que vamos a hablar: del agua, del río que fluye como fluye la vida en estas montañas: tranquila, pausada.

Os invitamos a disfrutar del río Irati y de los preciosos paseos que encontraréis . Aquí existe el bosque de roble albar mejor conservado del estado.

El barranqueo fue durante muchos años un trabajo para los jóvenes de Aezkoa, Artze y Oroz-Betelu.

Fue una técnica importada de Estados Unidos, por la empresa “El Irati” en 1940. Esta técnica del barranqueo sustituía a la de las almadías, más segura pero más lenta.

Pero ¿Qué es el barranqueo? Consiste, principalmente, en bajar madera de abeto y haya suelta, es decir los troncos sueltos, por el río desde los bosques de Irati hasta Aoiz. Esta madera se bajaba en pantanadas de un metro y pico de agua. Para estas pantanadas se hacían presas.

La técnica del barranqueo consistía en dos fases: primero los troncos pasaban el pantano, unos 2.000 aproximadamente,  después se daba ese golpe de agua o pantanada para que los troncos bajasen por el río hasta Aoiz. Su destino final.

Este trabajo se realizaba en los meses de invierno, aprovechando que el agua bajaba con mucha fuerza y violencia.

La leña menuda y ramas que se quedaban en el camino, las brigadas tenían que deshacerla.

Entre una pantanada y otra, dejaban transcurrir entre 15-18 días, según el agua que hubiera en el pantano y la necesidad de madera que hubiera en Aoiz.

Normalmente vestían con espalderos y escarpines en los pies y se pasaban la mitad del día mojados ya que tenían que entrar en el río.

Dentro del recorrido también había puntos negros y peligrosos como el de Ferretazulo. El oficio de barranqueador se terminó en los años 50, cuando bajar la leña en camiones era más seguro y más económico.

jesus

A Jesús Urroz de casa Ezkerra , en Oroz Betelu, por contarnos sus vivencias en el barranqueo.

A Ainhoa Mendía, por su ayuda en coordinar el paisaje sonoro en su pueblo, Oroz Betelu.

Al ayuntamiento de Oroz Betelu, por cedernos un espacio para el cartel.

A la voz en Euskara de Juan Retegi

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